Mis diez lecturas indispensables de 2025

La tradición se mantiene: aquí estoy para compartir con vosotros mis diez lecturas favoritas del año. Como siempre, en el número uno mi lectura «más favorita», si la expresión es correcta (que me temo que no). Pero antes de pasar a la lista, no quiero dejar de recomendaros los títulos que algunos amigos han publicado a lo largo de este 2025 y con los que he disfrutado un montón: Las lecturas de Muerte privada, de Juan Carlos Galindo, Los crímenes del Retiro, de Pedro Herrasti, Las fuerzas contrarias, de Lorenzo Silva, y El espía, de Jorge Díaz, me han regalado horas de evasión absoluta del mundo y goce de cuatro excepcionales misterios; y El paracaidista, de Ana Campoy, llena de poesía y supervivencia, me ha confirmado lo que ya intuía: que la trayectoria de Ana en la novela para adultos promete ser tan larga y enriquecedora como la ya recorrida por la autora en el terreno de la infantil y juvenil.

Escrito esto, vamos allá, del diez al uno.

10. Amiga mía, de Raquel Congosto, en Blackie Books, y El accidente, de Blanca Lacasa, en Libros del Asteroide. No me llaméis tramposa por empezar no con uno sino con dos títulos. El motivo de agruparlos es que me parecen una excelente muestra de la consolidación de un nuevo (nada es nuevo, ya lo sabemos) género: el del libro -y digo libro y no texto- pequeño. Las dimensiones reducidas en la edición están de moda y solo algunos contenidos y planteamientos muy definidos, tanto en el ensayo como en la novela, cuadran con el formato y, combinados con él, le regalan a la librería y al lector pequeños grandes éxitos. Lacasa escribe sobre una no relación que a todos nos ha ocurrido y Congosto abre el camino a un tema sobre el que ahora surgen títulos como champiñones, la amistad perdida.

9. Una mujer a quien amar, de Theodor Kallifatides, en Galaxia Gutenberg. Hay muchas cosas que no me han gustado en este libro. Entre ellas, que lo que se supone que es la historia de Olga, la amiga perdida a causa de la enfermedad, es, en realidad y sobre todo, la historia de Kallifatides. Superado este pequeño bache, Una mujer a quien amar encierra unos cuantos y muy valiosos momentos de lucidez narrativa, hallazgos sobre la vida de cualquiera de nosotros, a los que el autor llega en su ininterrumpida reflexión sobre la cercanía de la muerte, los afectos que cincelan nuestra memoria y la sostienen, y la misma literatura. Creo que «hay» que leer a Kallifatides más allá de nuestro interés por su biografía, que constituye el centro de su obra. Hay que leerlo porque es una voz ineludible y con derecho del panorama literario actual.

8. El misterio de la mujer tatuada, de Akimitsu Takagi, en Salamandra. Escrito poco después del fin de la Segunda Guerra Mundial, El misterio de la mujer tatuada nos traslada a la complejísima sociedad japonesa que quedó después del conflicto, prácticamente ocupada por los estadounidenses y sumida en una profunda crisis de identidad, para proponernos un enigma de estructura clásica y con descuartizamiento incluido que, al menos a mí, me sorprendió al final. Amantes de Matsumoto o Kirino, lectura infalible para vosotros.

7. El jardinero y la muerte, de Gueorgui Gospodínov, en Impedimenta. El libro más personal de Gospodínov relata el último mes de vida de su padre de una manera emocionante y sorprendentemente luminosa. Una muy buena amiga editora me dijo hace poco y con razón que el adjetivo «luminoso/a» se emplea últimamente para todo y está perdiendo fuerza. De acuerdo con ella, pero en este caso no me resisto a utilizarlo. Leed a Gospodínov y lo comprenderéis.

6. Fantástica historia de amor, de Sophie Divry, en Nórdica. Amor, suspense, ciencia y un poco de fantasía. Sé que a muchos el delirio de Sophie Divry no os ha convencido, pero yo no pude soltarlo hasta el final. Me interesa la idea de cómo, de un día para otro, dos vidas grises pueden convertirse en apasionadas e intensas, protagonistas de la aventura; la idea de que la soledad, si no es elegida, no tiene por que ser una cadena perpetua… el hecho de que poco o nada sabemos de la materia del universo y su influencia sobre nuestras vidas. En definitiva, me interesa esta historia en la que una misteriosa muerte en una compactadora une a un hombre y una mujer que, casi sin saberlo, ya se conocían.

5. A cuatro patas, de Miranda July, en Literatura Random House. Sin duda, mi lectura del verano. Detecto, mientras hago repaso de mis favoritos, que mi tendencia es al exceso, al -repito la palabra- «delirio» absoluto, que es exactamente lo que es A cuatro patas. Una mujer en los cuarenta se propone cruzar en coche, de Los Ángeles a Nueva York, los Estados Unidos, pero algo le sucede y se sorprende agotando sus vacaciones a escasos veinte kilómetros del punto de partida. El qué no os lo voy a descubrir, porque es un placer averiguarlo pasando las páginas de esta excepcional novela.

4. Audición, de Katie Kitamura, en Sexto Piso. Todo parece normal en esta novela cortísima, donde nos colamos en la vida privada de una famosa actriz de teatro, hasta que pasamos la página y leemos «Segunda parte». A partir de ese momento, la trama salta por los aires y el lector cae al vacío sin red. Siempre me ha gustado Kitamura, creo que ya la incluí en una lista anterior, hace un par de años, con Intimidades. Audición es su novela más experimental. Que nadie espere un desenlace claro, una moraleja o uno de esos cierres que confirman nuestra idea de la historia. El texto es, afortunadamente, demasiado arriesgado para eso.

3. Vida mía, de Dacia Maraini, en Altamarea. Cuando era una niña, Dacia Maraini estuvo encerrada con sus padres y sus hermanas en un campo de concentración japonés, una vivencia que habría de marcar para siempre su obra. Han hecho falta más de ochenta años para que la escritora italiana, uno de las voces más importantes y emblemáticas de la literatura del siglo XX, adelantada a su tiempo, se haya decidido a recuperar explícitamente sus recuerdos de aquella época en la que chocaron la tristeza y la desesperación del encierro contra el amor por un país y una cultura, la japonesa, que sigue manteniendo con vida. Imprescindible.

2. Cuentos, de Ray Bradbury, en Páginas de Espuma. Desde que hace ya un par de décadas leí El zen en el arte de escribir, Bradbury es uno de mis escritores de referencia y reencontrarme con él en esta magnífica edición de Paul Viejo para Páginas de Espuma ha sido de lo mejor que me ha ocurrido en los últimos doce meses. 316 relatos escogidos de manera impecable, entre los que se encuentran los clásicos de Crónicas marcianas y otros menos populares, incluso inéditos hasta la fecha. Bradbury se viajó a Marte con la imaginación para hablarnos como nadie de nuestra esencia. Disfrazó de extraterrestre lo humano y recuperó la infancia para situarla en el centro de su narrativa, como el periodo vital más importante, aquel en el que nos formamos como individuo y nos enfrentamos por primera vez a la magia, los afectos y el miedo. Pocos regalos mejores se me ocurren para los lectoras y los lectores más exigentes. Es un acierto seguro.

1. Posesión, de A. S. Byatt, en Anagrama. Premio Booker en los años noventa, por fin podemos disfruar de nuevo de la extraordinaria Posesión. Mi mejor lectura del año, con la que más me he sorprendido. El inquietante embrujo que el poeta muerto Randolph Henry Ash ejerce sobre los estudiosos universitarios de su obra y la intrigante trama, a caballo entre el presente de los protagonistas de la obra y el pasado del poeta, que se destapa cuando, casi por casualidad, aparecen unas notas que revelan una sombra y también una pasión en la templada trayectoria de Ash.

Pericia narrativa aparte, el salto mortal de Byatt multiplica su dificultad cuando descubrimos que Ash también es producto de su imaginación, que su obra poética es también de la escritora y que, espejo tras espejo tras espejo, la complejidad literaria de la novela la convierte en compañera de lo mejor de McEwan o Hollinghurst, porque entrar en Posesión es, literalmente, sumergirse en un universo paralelo, complejísimo y perturbador.

Los libros de ‘La ventana del verano’ 2025

Todas vuestras.

A cuatro patas, de Miranda July, en Literatura Random House: Sin duda, uno de los libros del verano. Todo en él es exceso pero, por encima de cualquier consideración, se trata de un excelente ejercicio imaginativo, que nos hará reír y nos dará para horas y horas de charla.

Amiga mía, de Raquel Congosto, en Blackie Books: Una magnifica primera novela, cargada de verdad, que cuenta el fin de una amistad a priori irrompible y cómo la vida sigue después de esa ruptura. Una historia transparente y que nos mantendrá en vilo hasta el final.

El accidente, de Blanca Lacasa, en Libros del Asteroide: ¿Podemos considerar «accidentes» algunas relaciones personales? Esta es la historia de una y, lo más interesante, una tan común que seguro que a muchos lectores les sonará.

Imposible decir adiós, de Han Kang, en Random House:  Traducción más reciente de la Nobel de Literatura coreana y, para mí, sin duda su mejor novela.

Viaje al Oeste. Las aventuras del Rey Monoanónimo chino, en Siruela: Uno de los cuatro libros fundamentales de la producción clásica china, en el que muchos dicen que está inspirado el famoso manga Dragon Ball.

La huella del crimende Raúl Waleis, en Adriana Hidalgo: Este rescate editorial es todo un hallazgo, publicada en 1877, la novela de Waleis, anterior a los crímenes reales de Jack el Destripador o a las crónicas de Pérez Galdós sobre el crimen de la madrileña calle Fuencarral, es casi seguro la primera novela policiaca escrita en español.

Fantástica historia de amorde Sophie Divry, en Nórdica: Dos situaciones y dos personajes inicialmente anodinos se convierten el el germen de una historia alucinante, que, sin ser un thriller, recurre a sus reglas para engancharnos sin remedio. 

Invernal, de Dario Voltolini, en Asteroide: una novela breve, pausada y poética sobre el declive de un padre a ojos de su hijo, a partir de un hecho terrible.

Trizasde Carlos Zanón, en Espasa Poesía: Zanón, en los últimos años más conocido por su literatura negra —Taxí, Love Song— lleva publicando poesía desde 1989 y con este poemario, canalla y lleno de sentimiento, nos demuestra que también en ese ámbito merece nuestra atención.

Asesinato en el Lago de Garda, de Tom Hindle, en Ático de los Libros: Cozy crime perfecto para el verano —el relato de un crimen en una boda de la alta sociedad—, que mezcla las técnicas clásicas de Agatha Christie con el desarrollo tecnológico de nuestra época.

¡Oh, Susana!de Manuel Ocaña, en Plasson e Bartleboom: Una peculiar novela (que se define a sí misma como «novela técnica»), basada en un hecho real, sobre un también peculiar desarrollo de proyecto arquitectónico. Todo en este libro llama la atención, incluida su edición, llena de «saltos» y música.

El jardinero y la muerte, de Gueorgui Gospodínov, en Impedimenta: El libro más personal de Gospodínov, que relata el último mes de vida de su padre de una manera emocionante y sorprendentemente luminosa.

Breve historia del conflicto entre Israel y Palestina, de Illan Pappé, en Capitan Swing: Síntesis indispensable para todo el que quiera comprender el porqué y el desde cuándo de todo lo terrible que está ocurriendo. Pappé es uno de los intelectuales que mejor conoce y, sobre todo, que mejor explica esta historia.

El arte de la conversación literaria, de Raquel F. Cobo, en Barlin Libros: Un ensayo breve, tanto en extensión como en dimensiones de la edición, que devuelve la importancia a la conversación como forma literaria original, anterior a cualquier otra, y como herramienta para llegar al otro y afianzar los afectos. Maravilloso.

Refugio, de Eva Morell, en Debate: Aire fresco. Eva Morell, autora de la exitosa newsletter El Club de la Cabaña, convierte la cabaña en el centro de un curioso recorrido por la historia y el desarrollo individual: de las cabañas de nuestra infancia a los refugios de los escritores, pasando por las cabañas del futuro… un texto sobre naturaleza y desconexión que merece mucho la pena.

Un momento de ternura y de piedad, de Irene Cuevas, en Reservoir Books: Una ópera prima cargada de potencial, sobre amor, familia y crimen. La historia de una joven asesina de ancianas centrada tanto en los asesinatos como en la vida privada de la mano ejecutora, que se verá en un aprieto cuando un encargo de «trabajo» se convierta en otra cosa.

El asesinato de los Aosawa, de Riku Onda, en Salamandra: La novela revisa el impacto en la ciudad de K de un asesinato múltiple no del todo resuelto, el cometido por envenenamiento en la celebración de cumpleaños de la familia Aosawa: 17 muertos y solo dos supervivientes que, tiempo después de la tragedia, recrean junto con otros miembros destacados de la sociedad de aquel momento los detalles y sombras de la carnicería, en busca de una conclusión más satisfactoria que la que se dio al cerrar el caso. Ahora que la ficción criminal japonesa está de moda más que nunca, este es un título perfecto para empezar a conocerla.

Mi perdición, de Alfred Hayes, en La Bestia Equilátera: Escrita a finales de los 60, Mi perdición es uno de los títulos más representativos de Hayes, nombre indispensable si hablamos de la novela negra estadounidense (aunque Hayes nació en Inglaterra, se crió en Nueva York), sobre todo de la novela negra orientada a lo sentimental. En esta historia se cuenta la deriva de un hombre que, huyendo de Los Ángeles para olvidar un amor, acaba en Nueva York para caer en una trampa.

Orbital, de Samantha Harvey, Premio Booker 2024, en Anagrama: Una novela de ciencia ficción, que describe como es la vida cotidiana de seis astronautas en la Estación Espacial Internacional. El libro tiene tanto fanáticos rendidos ante él como detractores extremos, pero yo creo que merece la pena leerlo, porque hasta el ritmo nos lleva a imaginar la vida en el espacio.

El misterio de la tercera millade Colin Dexter, en Siruela. Esta novela forma parte de la serie literaria protagonizada por Endeavour Morse, al que todos conocemos gracias a la serie en Filmin. Creado originalmente como personaje literario por Colin Dexter, las novelas son un germen muy digno del producto audiovisual, nos transportan a Oxford y nos enganchan con tramas como esta: varias décadas después de la Segunda Guerra Mundial, alguien decide vengarse de un acto cobarde en el campo de batalla y un catedrático universitario desaparece sin dejar rastro. ¿Serán las cosas lo que parecen?

El séptimo episodio piloto: ‘La desaparición’

Podéis escucharlo en el audio a continuación:

O, si lo preferís, en Spotify, clicando AQUÍ.

¿Alguna vez habéis pensado en desaparecer?

La desaparición es uno de los temas principales de la ficción criminal y esta semana, gracias a una de esas novelas que te atrapan y no te dejan escapar, he vuelto a pensar en hasta qué punto el misterio provocado por alguien que se esfuma sin dejar rastro o que muere de golpe, sin ninguna explicación, es capaz de enganchar al lector que disfruta con la intriga.

En la séptima entrega de El episodio piloto, mi podcast sobre libros, os propongo cinco lecturas que tienen en su centro la desaparición, y os hablo especialmente de una de ellas, que podría llegar a convertirse en un referente.

Os leo en comentarios y quedo atenta a vuestras propuestas para los próximos episodios.

Si os ha gustado y queréis escuchar los podcast anteriores, los tenéis todos en el enlace que os dejo a continuación:

ENLACE A TODOS LOS EPISODIOS

*En esta ocasión, la música de fondo es hand-print-166102.

El tercer episodio piloto: ‘Sí, quiero’

Podéis escucharlo en el audio a continuación:

O, si lo preferís, en Spotify, clicando AQUÍ.

¿Qué novela le regalaríais a una pareja que está a punto de pasar por el altar? Esta es la pregunta que da pie al tercer ‘Episodio piloto’, mi intento de podcast sobre libros.

Espero que lo disfrutéis y, sobre todo, espero vuestras sugerencias en comentarios, que sin duda harán mejor el contenido.

Si os ha gustado y queréis escuchar los episodios anteriores, aquí os dejo los enlaces:

Episodio 2 – ‘Genéticamente mejorados

Episodio 1 – ‘Empezamos

Los libros de ‘La ventana del verano’ 2024

Creo que una de las mejores cosas del verano, para mí, es volver a la radio. Desde el pasado lunes 15 de julio y hasta ayer, lunes 26 de agosto, de 18:00 a 19:00 horas, nos hemos encontrado dentro de La Ventana de los Libros, la hora que La Ventana del Verano, en la SER, dedica a la literatura. En este post, incluyo las lecturas recomendadas semana a semana y el enlace a algunos audios. Si os hacéis con alguna y queréis decirme qué os ha parecido, espero vuestros comentarios por aquí.

Disfrutadlas mucho.

—Camila CAÑEQUE. La última frase. La uña rota: el editor del libro póstumo de Camila Cañeque nos acompañó durante el programa. AQUí podéis escuchar el audio.

—Hideo YOKOYAMA. La luz del norte. Salamandra: Yokoyama, uno de los escritores japoneses vivos más populares y prestigiosos a la vez, es autor de la emblemática Seis Cuatro, pero en este nuevo título cambia por completo de registro y nos cuenta lo que es casi una fábula. Un arquitecto mediocre recibe por parte de una familia un curioso encargo: que construya la casa en la que a él le hubiera gustado vivir. Él acepta y la casa inmediatamente se vuelve famosa y lo vuelve famoso a él, pero al mismo tiempo la familia que se la había encargado desaparece sin dejar rastro.

—Siri HUSTVEDT. El mundo deslumbrante. Seix Barral: esta novela, una de las más importantes en la bibliografía de Hustvedt, llevaba casi una década descatalogada y por fin este año la ha recuperado Seix Barral. Cuenta la historia de Harriet Burden, una controvertida artista que, en su juventud y para denunciar el machismo imperante también en el mundo del arte, presenta su obra adjudicándosela a tres artistas masculinos. La novela no solo es magnífica por la trama, sino también por el profundo conocimiento de Hustvedt del mundo del arte. Sus reflexiones son muy valiosas.

—Annie ERNAUX. La escritura como un cuchillo. Cabaret Voltaire: este ensayo sobre la forma que tiene Ernaux de entender la escritura es el resultado del intercambio de correos electrónicos entre la autora y el periodista y también escritor Frédéric-Yves Jeannet. La correspondencia es fresca, nada densa y aporta un buen puñado de reflexiones interesantes acerca de la literatura, su esencia y su utilidad, sobre el hecho de la necesidad de la ficción y las historias. Es maravilloso.

Escucha el podcast AQUÍ.

—Cristina RIVERA GARZA. El invencible verano de Liliana. Random House. Premio Pulitzer de Memorias 2024: La crónica de los últimos años y el asesinato de Liliana Rivera Garza contada por su hermana, que asume el doble papel de autora y víctima colateral de la violencia machista. Un testimonio imprescindible, tanto por su valor literario como por el que tiene de denuncia y ejercicio de reconstrucción de la personalidad y la vida de Liliana a partir de las pequeñas cosas y los amigos que la acompañaron y han permanecido después de ella.

—Francis ILES. Sospecha. Who: la recuperación de este título, fundamental en el suspense más clásico, adaptado por Hitchcock, nos sirve para recomendar el sello editorial, que está haciendo un excelente trabajo rescatando títulos emblemáticos de los años 30, 40 y 50.

—Terry HAYES. El año de la langosta. Planeta: la novela de espías, ahora, se ubica en territorios y conflictos nuevos, y nadie mejor que Terry Hayes y su nueva novela para ilustrarlos y mantenernos bien entretenidos este verano o cuando más lo necesitemos.

—David UCLÉS, La península de las casas vacías. Siruela: un libro atípico y extraordinario, que utiliza el realismo mágico para adentrarse en los años de la Guerra Civil desde un curioso escenario, el pueblo de imaginario de Jándula. La península de las casas vacías es sin duda una excepción dentro de un nicho creativo muy agostado, el del conflicto bélico. Es diferente en su modo de narrarlo, literaria, maravillosa, y el autor, sorprendentemente joven para el nivel del texto que ha escrito, tiene una voz que ha llegado para quedarse.

—Jorge BUSTOS, Casi. Libros del Asteroide: CASI son las siglas del Centro de Acogida San Isidro, el refugio para gente sin hogar más antiguo y grande de España y el epicentro de esta breve crónica que viaja, sin salir del país, a uno de los lugares que la mayoría de nosotros preferimos considerar invisibles, el del sinhogarismo y quienes lo habitan. 

—Javier TRAITÉ y Consuelo SANZ DE BREMOND, El olor en la Edad Media. Ático de los Libros: ¿De verdad en la Edad Media olía tan mal como nos han contado? He aquí un ensayo sorprendentemente ameno y desmitificador, que nos lleva desde el ocaso de Roma hasta el siglo XV siguiendo la curiosa estela de la higiene; uno de los libros de no ficción que más hemos vendido este año en Cervantes y compañía.

—Esther GARCÍA LLOVET, Los guapos. Anagrama: Esther nos visitó en el estudio. Podéis escuchar la entrevista completa sobre Los guapos y muchas otras cosas relacionadas con la literatura pinchando AQUÍ.

—Stephen KING, 22/11/63. Debolsillo: este año se cumplen cincuenta años de la publicación de Carrie, la primera novela del autor, un buen motivo para recomendarlo de nuevo. Capaz de legitimar un género a veces tan poco considerado como el terror y el relato fantástico, una de las mejores muestras de ese logro es 22/11/63, donde el viaje en el tiempo se convierte en la excusa perfecta para uno de los repasos y análisis más interesantes del asesinato de JFK y su contexto, y demuestra que Stephen King es uno de los mejores autores vivos con los que cuenta nuestro panorama literario actual, merecedor incluso del Nobel.

—Alicia GIMÉNEZ BARTLETT, La mujer fugitiva. Destino: la entrega número 13 de las intrigas de Petra Delicado es sin duda una de las mejores de esta serie literaria. Junto a las novelas protagonizadas por el Pepe Carvalho de Vázquez Montalbán, la obra de Giménez Bartlett lidera la historia del género negro español. En esta ocasión, Petra y Fermín, su mano derecha, siguen el rastro de una misteriosa mujer relacionada con un crimen cometido en una foodtruck. Una prueba flagrante de cómo la buena literatura policiaca es mucho más que el relato de un crimen.

—J. M. COETZEE, El vigilante de sala. Publicaciones de El Museo Del Prado: relato escrito por el Nobel en el marco del programa de residencia para escritores ‘Escribir el Prado’. Se trata de una brevísima e inquietante historia sobre un vigilante de sala del museo y una misteriosa visitante que se pasa las horas muertas delante de las pinturas De Goya. El texto juega con el punto de vista de los personajes y la importancia del arte como espejo y vehículo de interpretación, no siempre certero, del alma humana. Una pequeña y curiosa joya que el museo nos ofrece traducida y también en su versión original, todo en el mismo volumen.

Escucha el podcast AQUÍ.

—Michael J. SANDEL, Contra la perfección. La ética en la era de la ingeniería genética. Endebate: un brevísimo ensayo del filósofo estadounidense —Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales y autor de Justicia— en el que los dilemas éticos y morales se plantean a partir de la cada vez más factible manipulación de la naturaleza por parte del ser humano: ¿Qué ocurrirá cuado podamos clonar seres humanos? ¿Y qué ocurre ya con la posibilidad de utilizar los avances genéticos para mejorar nuestras capacidades físicas e intelectuales? Brillante, accesible y necesario, porque pone al alcance de todos un tema que de entrada nos puede parecer demasiado técnico.

—Amor TOWLES. Mesa para dos. Salamandra: el 12 de septiembre vuelve a librerías el autor de la aclamada Un caballero en Moscú y lo hace con este excepcional libro de relatos, ideal para descubrir su literatura, si aún no lo hemos hecho, como era mi caso, o regresar a ella, si ya la habíamos disfrutado antes. En la línea de Richard Ford o Jonathan Franzen, Towles convierte al ser humano en un territorio inmenso, alucinante e increíble para explorar.

—Solvej BALLE, Sobre el cálculo del volumen I. Anagrama: también en las próximas semanas sale a la venta esta curiosísima novela de la danesa Solvej Balle, que utiliza la ciencia ficción -una mujer queda atrapada en un mismo día, que se repite una y otra vez- para reflexionar sobre la mella de los pequeños detalles y acciones de la vida cotidiana con una asombrosa lucidez.

Mis cinco ensayos indispensables de 2023 (y dos ‘bonus track’)

Lo prometido es deuda y los trayectos dan para mucho. Aquí van mis cinco ensayos favoritos de este 2023 que cada vez está más cerca del final. De menor a mayor disfrute, espero que os apetezca echarles un vistazo y, por qué no, perderos entre sus páginas. Yo lo hice y mereció la pena.

5. China, de Michael Wood, en Ático de los Libros. Hace un par de veranos, sin ninguna prisa pero saboreándolo a tope, leí Sueño en el pabellón rojo (el equivalente chino en importancia a nuestro Quijote). Desde entonces, por circunstancias de la vida, mi interés por China ha ido en aumento y, a través de diversas fuentes, la historia del «imperio del centro» me fue rodeando casi casi sin que me diera cuenta. Así que, cuando esta primavera Ático de los Libros —una de las mejores editoriales de ensayo histórico que conozco— publicó este magnífico texto de Michael Wood, que recorre la historia de China desde el principio de los tiempos, no me lo pensé dos veces y me hice con él. Decepción: cero. Leerlo es una maravilla.

4. El espacio de la imaginación, de Ian McEwan, en Anagrama. ¿Debe la escritura ser permeable a la realidad para tomar partido y ponerse a su servicio? ¿Convertirse en un arma que, desde el neblinoso mundo de la ficción y el pensamiento, trate de influir en lo que de verdad ocurre y mueve el mundo? En 1940 George Orwell reflexionó sobre esto en su ensayo El vientre de la ballena y, más de 80 años después, Ian McEwan le toma aquí el relevo. ¿Hay que escribir a la intemperie, dejándose vapulear por el viento y la tormenta, o aislarse para hacerlo en una habitación del pánico? Y todo en muy muy poquitas páginas. Una delicia.

3. Mi padre alemán, de Ricardo Dudda, en Libros del Asteroide. La lectura del finalista del II Premio de No Ficción de Libros del Asteroide fue para mí toda una sorpresa. El recorrido que, con una sencillez y una honestidad encomiables, Dudda hace por la vida de su padre y sus abuelos sirve de excusa para repasar no sólo la historia de Europa en el siglo XX, sino también —y esto es lo que me ha parecido más interesante— su dibujo, el mapa, las fronteras y los muros que, como reptiles, cambian con frecuencia, mucho más de lo que pensamos, porque todo sucede a cámara lenta; el recorrido de las líneas que dan forma a los países y las vidas de quienes los habitan. Aquí, lo que escribí sobre el ensayo cuando lo terminé, relacionándolo con lo que está ocurriendo en Israel y Palestina.

2. Los asesinos de la luna, de David Grann, en Random House. Primera mitad del siglo XX, petróleo, crímenes y una historia insólita, la de la comunidad india de los Osage en Oklahoma. Con una atención particular en los detalles, material gráfico sorprendente y una maestría poco habitual en la crónica, Grann nos relata cómo se cometieron algunos de los primeros asesinatos en serie de la historia de Estados Unidos. El interés del texto, que engancha como el mejor de los thrillers, alcanzó a Martin Scorsese, que lo ha adaptado al cine, convirtiéndolo en una «peliculita» de más de tres horas.

1. Film noir, de María Negroni, en La Marca Editora. Confieso que no sé si la edición es de 2023, pero sí ha sido en este otoño cuando yo lo he descubierto, en la pequeña librería de la filmoteca, en el Doré. Un libro corto y sobrio, que va más allá del cine para repasar los clichés, las vidas y las marcas de estilo de algunos de los personajes imprescindibles en la construcción de ese territorio cada vez más extenso que es el género negro tanto en el cine como en la literatura.

*… y dos bonus track:

No incluyo estos libros en el ranking porque, en el caso del primero, El estrecho puente del arte, de Virginia Woolf, en Páginas de Espuma, aún me quedan algunos ensayos por leer, aunque ya sé que no me decepcionarán (en el enlace del título tenéis lo que escribí cuando tuve la oportunidad de conversar en una comida de prensa con Rafael Accorinti, responsable de la edición); y en el caso del segundo, Japón, el archipiélago de las estaciones, de José Antonio de Ory, en La Línea del Horizonte, ya os he hablado de en numerosas ocasiones de mi interés por Japón y creo que ya sabéis hasta qué punto me parece interesante el enfoque del autor en estas crónicas, que para mí fueron fundamentales a la hora de aprender más sobre el país y documentarme para Las manos tan pequeñas. Tanto es así que creo que he visitado Japón dos veces: cuando volé hasta allí y cuando lo descubrí a través de la mirada nada maniquea y en absoluto tópica de De Ory.

Y esto es todo. Espero que mis lecturas os sean útiles. Eso me hará feliz.

Notas sobre ‘Mi padre alemán’ y algunos títulos para comprender mejor qué está pasando con Israel y Palestina

  • Mañana, jueves 2 de noviembre, a las 19:00, charlaré con Ricardo Dudda a propósito de Mi padre alemán en Cervantes y compañía. El acceso es libre y gratuito hasta completar el aforo.
  • La lectura del ensayo de Dudda, finalista del II Premio de No Ficción Libros del Asteroide, da pie a la reflexión y la bibliografía sobre la actual situación de Israel y Palestina.

Todas las guerras, como las familias felices de Tolstói, se parecen. Lo pienso mientras disfruto de las últimas páginas de Mi padre alemán acurrucada bajo el edredón, mientras la luz fría de este otoño que por fin ya es otoño se cuela por la claraboya, la mañana del Día de los Muertos. Por eso me entran ganas de volver a la librería y recomendar a diestro y siniestro el ensayo de Ricardo Dudda, sobre todo a quienes se interesan por los conflictos actuales y buscan información sobre la esencia de los países y las políticas, de los ejércitos y las colonizaciones… yo misma, a menudo, formo parte de ese grupo aficionado a la coyuntura y convencido de la originalidad de los acontecimientos. No discuto que así sea: al mismo tiempo, nada pasa dos veces y todo se repite una y otra vez.

María, Sara y yo, con ayuda de los comerciales, buscamos títulos que profundicen en la historia larguísima del conflicto entre Israel y Palestina. El cómic de Joe Sacco está agotado, pero existe la alternativa de Palestina. Arte y resistencia en Nayi Al-Ali, y yo recuerdo el librito minúsculo pero interesantísimo de Errata Naturae, que hace ya algunos años me recomendó Raquel Friera. Se llamaba A través de los muros, y llevaba en la cubierta un potente subtítulo: ‘Como el ejército israelí se apropió de la teoría crítica posmoderna y reinventó la guerra urbana’. También conservo en la memoria la lectura de la novela, triste y bellísima a la vez, de David Grossman La vida entera, del breve ensayo de Amos Oz Contra el fanatismo, y la cruda experiencia de adentrarme en El atentado, el relato de Yasmina Khadra en el que queda claro que apropiarnos del otro por completo, por mucho que nos acerquemos a él, por mucho que creamos amarlo y comprenderlo, resulta inalcanzable. Más banales, por lo que tienen de fresco cotidiano, pero igualmente esclarecedoras (porque en las rutinas residen los comienzos de todas las cosas excepcionales) son las novelas de Dror MIshani y Batya Gur, Tres y Asesinato en el Kibbutz.

Pero vuelvo a Dudda, que en la página 41 de su libro recoge la abolición, el 25 de febrero de 1947, del estado prusiano a partir de un breve texto firmado por los aliados, que termina así: «Queda abolido el estado prusiano junto con su gobierno central y todos sus órganos». Una sola frase capaz de arrancar de cuajo las raíces de un montón de historia y desanclar los recuerdos de varias generaciones de —y esta palabra me fascina por lo que tiene de salvoconducto y representación del 99’99% de la humanidad— «civiles». Los civiles siempre son víctimas, no pertenecen a ningún bando y sus odiseas personales transcurren en paralelo y en silencio, casi siempre incógnitas, a la sombra de esa otra Historia más grande, que solo nos representará después de muertos, pero muy pocas veces mientras estemos vivos y nos toque en mayor o menor medida lidiar con ella.

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