El segundo siguiente

Es curioso cuánto han tardado las palabras en llegar a la orilla,

pero ahora están aquí.

Son frías,

poderosas como un ejército de náufragos.

Su única dignidad, como la mía,

consiste en haber sobrevivido.

Son los testigos únicos de una guerra perdida y pronunciarlas es honrar un dolor al que dejamos mudo, reconocer que la pena existió y que, al marcharse, ha dejado a su paso kilómetros de nada; una certeza hueca sobre todas las cosas.

El llanto ahogado de un bebé al que asfixiamos al segundo siguiente de nacer.

“Decision to Leave”

“Decision to Leave”, Park Chan-wook. 2022.

Fui a ver Decision to Leave.

Eran las cuatro de la tarde y la sala de los Princesa estaba vacía.

Fuera, la luz se debatía contra el peso de plomo del invierno sobre la plaza de los Cubos.

Estaba la película y también podía sentir al otro lado de las paredes del cine las vidas de la gente anónima y silenciosa, cruzando la plaza, esperando a alguien, corriendo para no perder el autobús, la sangre de la ciudad y su corazón bajo aquella luz suave y esperanzadora, y también gélida.

El universo entero e infinito del que aún formamos parte.

Y me pregunté, mientras todo esto pasaba, cuánto tiempo más:

¿Cuánto tiempo más

permanecerá oculto nuestro mundo

bajo la nieve?