Gracias a Raquel Friera, Miguel Sanfeliu, Pablo Bonet y Emili Albi por hacer este sueño posible.
Y gracias también a todas las libreras y los libreros que nos estáis acogiendo como en casa al libro y a mí.



Gracias a Raquel Friera, Miguel Sanfeliu, Pablo Bonet y Emili Albi por hacer este sueño posible.
Y gracias también a todas las libreras y los libreros que nos estáis acogiendo como en casa al libro y a mí.
Quedan solo dos días para que Desde el ojo del huracán salga a la venta y Zenda ha publicado las primeras páginas del ensayo, por si queréis descubrir un poco más sobre el texto, que empieza así:
¿Cómo se empieza a contar una historia que todavía no ha terminado? O mejor: ¿cuál es el sentido de una narración infinita? ¿Hacia dónde se dirige? O mejor todavía: ¿no es una historia para siempre inconclusa el lugar al que pertenecemos, un relato del que solo nos está permitido comprender una parte, aquella en la que participamos, la única y brevísima sobre la que tenemos el privilegio de decidir?
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Bienvenidos a la tempestad.
Indira, de Santiago Díaz, en Reservoir Books.
La tercera y última parte de la serie literaria protagonizada por Indira Ramos es una intriga plagada de acción, incógnitas y excesos, que se devora en dos sentadas y tiene un sorprendente desenlace. Lo más aconsejable, leerla sin acudir siquiera al texto de la contra. Aun así, para quien quiera saber un poco más. Aquí va el enlace a mi reseña en el ABC Cultural.
La dama del lago, de Laura Lippman, en Salamandra.
Ya me gustó muchísimo Piel quemada, la primera novela que la editorial Salamandra publicó de esta autora estadounidense (aquí os dejo la reseña), y La dama del lago, que nos remite por supuesto al clásico de Raymond Chandler, no se queda atrás. Nos encontramos ante una novela elegante, que juega con el punto de vista y parte de un divorcio en un tiempo en el que el divorcio aún era una rareza, y una extraña desaparición. Un buen noir de factura impecable, escrito en el siglo XXI.
Axel, de Luis García-Rey, en Espasa.
La primera novela del periodista deportivo Luis García-Rey no prescinde absolutamente de nada: drogas, crimen, sexo, mujeres fatales, mujeres que odian, por trasnochadas, a las mujeres fatales… y un policía, Axel, que deberá resolver el crimen de un famoso locutor radiofónico mientras en Galicia se desarrolla una trama de drogas.
Si habéis leído Axel y os apetece comentarla y conocer al autor, podéis venir a la librería el próximo miércoles, 12 de abril, y participar en nuestro club de lectura, que contará con la presencia de Luis.
Mindfulness para asesinos, de Karsten Dusse, en Espasa
El humor es el protagonista absoluto de la novela de Dusse, donde la sangre y la espiritualidad se combinan y funcionan sorprendentemente bien, gracias a un abogado con mil problemas, un mafioso destinado a desaparecer y un curioso terapeuta cuyas enseñanzas salpican el relato dotando de un peculiar e insólito sentido a la acción criminal.
La edad del vicio, de Deepti Kapoor, en Alfaguara.
Una de mis mejores lecturas del año, que tuve la suerte de completar conversando con la autora para EPE. Aquí, podéis leer la entrevista completa.
Persecución, de Toni Sala, en Trotalibros.
Persecución se mueve entre la ficción criminal y la poesía con una fascinante fluidez. Nos encontramos ante una exhibición alucinante de la forma, del lenguaje y sus infinitas posibilidades de encadenar imágenes y convertirse en partitura; todo a partir de un planteamiento con bastante gancho: un hombre que, después de llevar un año saliendo con una mujer, le confiesa, mientras se toman una copa de vino, que mató a su anterior pareja.
El hombre que mató a Antía Morgade, de Arantza Portabales, en Lumen.
El regreso de Abad y Barroso no decepciona y multiplica por mil sus fortalezas: una intriga al más puro estilo Agatha Christie, pero ambientada en Santiago de Compostela, y una maraña adictiva de sentimientos y deseo contenido entre sus protagonistas.
Si queréis saber más sobre la obra de Arantza Portabales, aquí os dejo la entrevista que mantuvimos con motivo de su libro aterior, La vida secreta de Úrsula Bas.
Mala mar, de Javier Rovira, en RBA.
Javier Rovira recrea en Mala mar dos tiempos y una familia entera, lastrada por un crimen que ensombrece su pasado y, mal resuelto, le impide avanzar. Excepcionalmente bien escrita y nada parca en contexto y detalles, la novela respira y fluye sin obstáculos. Para mí, ha sido uno de los descubrimientos de esta temporada literaria.
Casas de cristal, de Louise Penny, en Salamandra.
El regreso de Gamache no decepciona y lo que ocurre esta vez en Three Pines, tampoco: la visita de un inquietante personaje, que se oculta —rostro incluido— bajo un manto negro y se sitúa mudo e impertérrito en la plaza del pueblo durante días altera las conciencias y los ánimos de los habitantes de la pequeña localidad canadiense. ¿Quién es? ¿A qué o a por quién ha venido? ¿Qué debe ocurrir para que por fin decida marcharse?
Una intriga brillante.
La desconocida, de Rosa Montero y Olivier Truc, en Alfaguara.
Un thriller correcto y entretenido, ambientado a medio camino entre Lyon y Barcelona, resultado de la propuesta de escritura a cuatro manos del festival Quais du Polar.
UN BONUS NO TAN NEGRO
Intimidades, de Katie Kitamura, en Sexto Piso.
No me gustó especialmente la novela anterior de Kitamura publicada también por Sexto Piso, En el bosque, sin embargo intimidades me atrapó desde el principio. Es una novela que, sin contar con una intriga criminal, maneja el suspense de forma magistral y lo utiliza para narrar la cotidianidad de una traductora recién llegada al equipo del Tribunal Internacional de La Haya. Nueva en la ciudad y prácticamente sola en la vida, la protagonista nos conduce a través de sus relaciones e impresiones del mundo… y le ocurre algo un poquito (solo un poquito) perturbador.
Retrato de casada, de Maggie O’Farrell, en Libros del Asteroide.
No pude con Hamnet, pero devoré Retrato de casada con la misma avidez con la que hace años descubrí a O’Farrell gracias a La extraña desaparición de Esme Lennox. Sensorial como muy pocos textos, este libro que encierra la brevísima vida de Lucrezia de’Medici —con un misterioso final— se despliega ante el lector como una imagen que se muestra tras un velo: sugerente y complejísima. Maravillosa.
Es curioso cuánto han tardado las palabras en llegar a la orilla,
pero ahora están aquí.
Son frías,
poderosas como un ejército de náufragos.
Su única dignidad, como la mía,
consiste en haber sobrevivido.
Son los testigos únicos de una guerra perdida y pronunciarlas es honrar un dolor al que dejamos mudo, reconocer que la pena existió y que, al marcharse, ha dejado a su paso kilómetros de nada; una certeza hueca sobre todas las cosas.
El llanto ahogado de un bebé al que asfixiamos al segundo siguiente de nacer.
Fui a ver Decision to Leave.
Eran las cuatro de la tarde y la sala de los Princesa estaba vacía.
Fuera, la luz se debatía contra el peso de plomo del invierno sobre la plaza de los Cubos.
Estaba la película y también podía sentir al otro lado de las paredes del cine las vidas de la gente anónima y silenciosa, cruzando la plaza, esperando a alguien, corriendo para no perder el autobús, la sangre de la ciudad y su corazón bajo aquella luz suave y esperanzadora, y también gélida.
El universo entero e infinito del que aún formamos parte.
Y me pregunté, mientras todo esto pasaba, cuánto tiempo más:
¿Cuánto tiempo más
permanecerá oculto nuestro mundo
bajo la nieve?
«Leer bien es aceptar que no existe ninguna certeza y, aun así, aventurarse en un sinfín de viajes emocionantes.»
En abril se cumplirán 18 años de la primera vez que entré en una librería como librera y no como clienta. Para celebrar esta mayoría de edad y gracias a la confianza de Emili Albi, Ariel y el Grupo Planeta, esta primavera se publicará mi primer ensayo, “Desde el ojo del huracán. Una historia íntima de las librerías”.
Nunca había volcado en un texto tanto de mí y nunca un texto me había desafiado tanto. Escribirlo ha sido un reto y, en muchos aspectos, un descubrimiento, pero también un reencuetro con las lecturas que me han marcado en este tiempo y con cada una de las personas extraordinarias que me he cruzado en el camino.
Este libro, que aspira a llamar la atención de quien ama las librerías pero también de quien habitualmente no lee, les pertenece a ellas.
¡Qué ganas de compartir su contenido con vosotros!
La historia quedará ligada a Las célebres órdenes de la noche. El lienzo, como una palabra secreta, como la llave única de una puerta suspendida en el espacio y en el tiempo, flotando en la silenciosa oscuridad de las galaxias, se convertirá en un salvoconducto. No pasará nada o todo ocurrirá, pero en cualquier caso Las célebres órdenes de la noche es un principio, uno de los muchos comienzos que, sobrevolando a la deriva las estaciones y los años, conforman una vida entera.
¿Cuántas veces podemos volver a empezar?
Tantas como madrigueras de conejo detectemos bajo nuestros pies.
Porque la vida sigue. Es un recodo del río arrullado por el canto monocorde de los insectos. Protegido por la espesura, en él no se detecta la corriente, aunque bajo la superficie en calma las algas y los peces se mecen violentamente sin elección, marionetas de trapo en manos del agua todopoderosa.
Y luego está la muerte.
Pero hoy no quiero pensar en ella.
Sólo quiero dejarme llevar.
Y olvidarme y acordarme de ti a partes iguales. Tú, que estarás conmigo para siempre.
Este año no he leído tanto como me gustaría. Han pasado demasiadas cosas, pero, eso sí, lo que he podido leer creo que lo he elegido bien y lo he disfrutado mucho.
A continuación os dejo la lista de los diez libros que se van a quedar conmigo para siempre, porque sé que más tarde o más temprano necesitaré volver a perderme entre sus páginas. De menos a más, aquí tenéis mi lista:
10. Para qué sirve la literatura, de Antoine de Compagnon, en Acantilado; un ensayo breve, lúcido y nada pretencioso, que recoge la lección inaugural de Compagnon en su cátedra en el Collège de France. Normalmente este tipo de textos se me caen de las manos porque, a menudo, nadan en la impostura, pero nos encontramos ante una maravillosa excepción.
9. La familia, de Sara Mesa, en Anagrama. La crítica no ha terminado de ponerse de acuerdo con esta novela, pero yo lo tengo claro. Creo que lo que Sara Mesa hace en La familia —como ya hizo en Un amor— es dificilísimo: detecta el malestar común, ese en el que todos, aunque no lo hayamos sufrido directamente, nos reconocemos; y busca el negativo de conceptos tácitamente concebidos como luminosos. Para mí, con esta nueva historia, se mantiene entre las mejores voces del momento.
8. Caso clínico, de Graeme Macrae Burnet, en Impedimenta. La tercera novela de Macrae Burnet traducida al español es, sin duda, la mejor y se mueve entre el suspense del cine de Hitchcock y la extrañeza de los textos formalmente inquietantes. Os dejo AQUÍ el enlace a la reseña que el pasado mayo publiqué en ABC Cultural a propósito de su lectura.
7. Idaho, de Emily Ruskovich, en Literatura Random House. Idaho contiene todas las flaquezas propias de una ópera prima, pero eso contribuye a hacerla más bella. Se trata del relato de un hecho terrible, paradójicamente, a partir de un lenguaje exquisito y poético, y aborda uno de los temas que más me inquietan: el de las madres que matan a sus hijos, presentes también en las recientes Mía es la venganza y Las madres no, también excepcionales.
6. Los chicos de Hidden Valley Road, de Robert Kolker, en Sexto Piso. Este ensayo tiene el enganche de un best seller y nos cuenta una historia tan sorprendente como real: entre 1945 y 1965, Don y Mimi Galvin tienen 12 hijos y 6 terminan diagnosticados de esquizofrenia en una época en que los estudios sobre la enfermedad apenas estaban empezando a ver la luz. Lejos de tratarse de una crónica para lectores especializados en la materia, nos encontramos ante un relato absorbente e impecablemente documentado. Librazo, sin más.
5. Riccardino, de Andrea Camilleri, en Salamandra. El último caso de Salvo Montalbano no fue el último que escribió Camilleri, pero sí el más especial, porque Riccardino no es solo un homenaje al personaje de Montalbano, sino también a la literatura y a la relación entre el autor y sus fabulaciones, a veces fugaces, a veces tan potentes que permanecen junto a él durante décadas y se atreven a sobrevivirle. Clicando AQUÍ podéis ver el documental en el que tuve el honor de participar, explicando junto con gente a la que admiro algunos secretos de la saga literaria y su profundísima huella.
4. Babysitter, de Joyce Carol Oates, en Alfaguara. El último thriller que he leído este año no es un thriller al uso, sino una disección minuciosa del choque entre lo perfecto y lo terrible, y de cómo lo primero siempre está más cerca de lo que pensamos de lo último. Babysitter es el apodo que, a finales de los años 70, la prensa le da a un concienzudo asesino de niños, que se acerca de forma peligrosa al entorno profiláctico de una zona suburbana de clase alta en los Estados Unidos. Carol Oates lleva muchos años mereciéndose el Nobel. Es un hecho.
3. Los abandonos, de Russell Banks, en Sexto Piso. Los abandonos es la mejor novela que he leído este año y Banks, todo un descubrimiento. Si clicáis en el enlace del título, podréis saber más sobre la trama, impecable en forma y contenido, y, como me gustan a mí, llena de sombras e incertidumbre, porque nunca vamos a saber si lo que se nos está contando es verdad. Eso sí, creo que la cubierta engaña. No os dejéis guiar por ella.
2. Los Diarios y cuadernos. 1945 – 1995, de Patricia Highsmith, en Anagrama. Aunque solo sea para ver la evolución de la voz de Highsmith desde los 20 a los 70 años, este libro merece la pena; además ofrece muchas otras cosas: anhelos, vaivenes de la autoestima, descripciones costumbristas y reflexiones profundas y en ocasiones agresivas, sin filtro e impregnadas de la mirada no siempre equilibrada de los genios. Una obra maestra, construida con la lentitud de la erosión lentísima de la naturaleza por una de mis autoras de referencia. Al menos para mí, lectura imperdible.
1. La ciudad de los vivos, de Nicola Lagioia, en Literatura Random House. He escrito mucho sobre La ciudad de los vivos, un libro que perdurará y al que resulta difícil enfrentarse por el peso de sombra que acompaña el suceso que lo protagoniza, pero merece la pena.
Aquí podéis leer el post que publiqué poco después de terminarlo: La ciudad de los vivos.
Y aquí mi artículo en el ABC Cultural.
Si no sabéis que regalaros, esta crónica —y no exagero—, de una forma u otra os marcará.
La mejor literatura posible, curiosamente en la no ficción.
A partir de ahora, también escribiré sobre crimen en El Periódico de España. Podréis encontrar mis textos en la sección de Cultura del diario. Espero que los disfrutéis.
El primero, un artículo sobre el Cozy Crime, una tendencia al alza:
«Se ha convertido en uno de los géneros más codiciados entre las editoriales y agencias participantes en la reciente Feria del Libro de Frankfurt. Sin embargo, aunque su arraigo literario en el panorama internacional es firme, en España no ha sido hasta estos últimos años cuando el cozy crime, algo así como «el crimen acogedor», ha empezado a ganar adeptos y ha despertado el interés de algunos de los sellos y colecciones de novela negra con más prestigio de nuestro país. Pero ¿puede el crimen ser amable o, por lo menos, ser narrado desde una perspectiva dulcificada y presidida por el sentido del humor?»
Lee el artículo completo, clica AQUÍ.